lunes, 7 de enero de 2013

¿Produce autismo la agricultura ecológica?

Esta pregunta que puede parecer sorprendente, no lo es tanto si nos fijamos en la siguiente gráfica:


 
Se puede ver  una clara correlación, muy estrecha, entre el aumento de casos de autismo y el de ventas de productos de agricultura ecológica, orgánica en el mercado anglosajón. Pero comprobado esto,  ¿se puede afirmar que la agricultura ecológica provoca autismo?


Para responder a la pregunta, antes de que alguno me despedace vivo por hacer esta insinuación, hay que aclarar algunos conceptos que se suelen confundir y tratar sin el rigor correspondiente, sobre todo por parte de algunos medios de comunicación cuando pretenden hacer caja con sus titulares sensacionalistas relacionados con algún nuevo virus, enfermedad, o efecto nocivo de alguna sustancia química.

Lo que hay que tener claro es que correlación no implica causalidad, es decir, que dos fenómenos estén relacionados de la forma; a más A más B, y a menos A menos B; no implica que A cause B. En nuestro caso, el aumento de la venta de productos de agricultura ecológica correlaciona con el aumento de los casos de autismo, pero no necesariamente es su causa. Se podría dar por la causalidad inversa, el aumento de los casos de autismo puede provocar el de la venta de productos ecológicos por el temor a que los herbicidas o pesticidas sean los causantes de este hecho. Aún más, una tercera variable podría estar implicada, A causa C que a su vez causa B, o incluso esa variable C sea la causa de A y B.

Junto a este aspecto comentado de la correlación, hay que destacar otro que también es un sesgo habitual, “después de, por tanto a consecuencia de”. Solemos pensar que si dos hechos se dan unidos en el tiempo van relacionados, siendo el primero motivo del segundo, pero que algo pase antes de otro acontecimiento no lo convierte en su causa. Como ejemplo habitual podemos pensar en el cantar del gallo, se da antes de que salga el sol, pero el sol no sale a causa de que cante el gallo.

Estos sesgos tienen un origen, el funcionamiento de nuestra mente. Estamos preparados evolutivamente para buscar causas, establecer patrones, relaciones entre los hechos, tanto a nivel perceptivo, como cognitivo. Si no, mira esta foto y di lo que ves:
 
File:Pareidolia 3.jpg
 
Efectivamente, donde solo hay un despertador no podemos evitar ver una cara triste, y es que juntar cuatro rasgos y darle un sentido nos ha sido muy útil en la evolución de la especie, sobre todo cuando veíamos asomar algo amarillo en la maleza de la sabana e intuíamos a un león, lo cual nos daba el tiempo suficiente para poder ponernos a salvo. La contrapartida de esto, es que esa manera de funcionar nos lleva a continuos errores, que están en la base de las creencias místicas y religiosas.

¿Qué manera hay de superar estos sesgos que son inherentes al funcionamiento de nuestro cerebro? La mejor forma es el uso de la racionalidad del método científico, en el caso propuesto de este artículo, la hipótesis “la agricultura ecológica causa autismo”, tendría que ser investigada con una muestra significativa de familias que consumen productos ecológicos, y ser comparada con otra que no, estando equiparados los grupos en otras variables que pudieran influir, para comprobar si en el primero existe una mayor incidencia de autismo. Este estudio, si quiere cumplir el criterio de científico, tendría que poder ser replicado por cualquier otra investigación, y sus conclusiones puestas a prueba.

Todo este tema de la agricultura ecológica lo he sacado para tratar, y comprender,el  por qué fue erróneo la manera en que se relacionó las vacunas y el autismo. En ese caso se hizo la afirmación no demostrada “la vacuna triple vírica produce autismo”. Se cayó en los dos sesgos antes explicados por lo siguiente; la vacunación se producía antes de la manifestación de los primeros síntomas de autismo, por tanto debiera de ser su casusa, “antes de, causa de”; además, el aumento de inmunizaciones infantiles y el de diagnósticos de TEA, correlación, reforzaban esa idea; a todo ello  vino a sumarse las tesis de un mal “científico”, lo que completaba el cuadro que alimentó la vacunofobia.

La única manera de resolver este problema fue la ciencia. Concienzudas investigaciones, que se recogen muy bien en el documental “la guerra de las vacunas” , demostraron que no existe relación entre la vacuna triple vírica y el autismo. Aun así, a pesar de las evidencias, grupos antivacunas, curiosamente muy partidarios de la llamada agricultura ecológica, siguen con sus campañas, manteniendo ideas que no tienen base sólida, y haciendo propaganda contra uno de los avances de la salud que más ha conseguido aumentar nuestra esperanza de vida. 

1 comentario:

  1. http://www.microsiervos.com/archivo/ciencia/estudio-wakefield-vacunas-autismo-fraude.html

    Fraude, fraude, el Lancet se retractó, qué más quieren... niños con sarampión...

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