La primera de ellas es una noticia de esperanza. Ante el
llamado de urgencia de la Organización Mundial de la Salud, OMS, por la falta de vacunas
contra la meningitis en África debido la retirada de la compañía farmacéutica Sanofi Pasteur, dos países del sur, Brasil y
Cuba, respondieron de forma conjunta desarrollando en tiempo récord una vacuna barata,
0,70 céntimos, que beneficiará a
miles de africanos que de otra manera se hubieran visto expuestos a la
enfermedad. Esta noticia tiene dos
elementos a resaltar; por un lado visualiza que las empresas de la industria
farmacéutica actúan como lo que son, empresas, cuyo objetivo es lograr un
beneficio económico, por lo que si determinado tratamiento no es rentable, por
ejemplo producir vacunas contra la meningitis para el mercado africano, pues
simplemente no se produce la mercancía; por otro lado refleja la posibilidad de
vías alternativas de carácter público que prioricen el derecho a la salud por
encima del beneficio económico, en este caso con la iniciativa de dos estados,
siendo de destacar la participación de Cuba, país del sur solidario dónde los
haya, que a pesar de sus escasos recursos y dificultades económicas, siempre ha
proporcionado a sus ciudadanos una sanidad de calidad y de acceso universal, y personal sanitario a cualquier país del sur
que lo necesitara, siendo todo un
ejemplo de cooperación que saca los colores a los países denominados ricos.
La segunda de las noticias, la mala, tiene que ver con los
asesinatos de personal que realiza tareas de vacunación contra la polio en
Pakistán, uno de los países que junto a Afganistán y Níger todavía no ha
erradicado dicha enfermedad. Los atentados son producto, al parecer, de los talibanes, que en consonancia con distintos
líderes tribales, han acusado a los equipos de la OMS que asesoran a las
administraciones locales en este tema, de ser espías encubiertos, y utilizar la
excusa de la vacunación con diferentes fines tales como; esterilizar a los
musulmanes, introducir extractos de cerdo en las vacunas, etc. Estos ataques han motivado la retirada de estos equipos, lo
que supone un duro varapalo para la erradicación definitiva de una terrible
enfermedad que se caracteriza por atacar al sistema nervioso central, con graves consecuencias de
muerte o discapacidad, siendo una de ellas la parálisis del diafragma, lo que en
su momento dió lugar a los conocidos pulmones de acero, aparatosos artilugios
que se diseñaron para permitir a los pacientes respirar.
El desarrollo de las vacunas permitió erradicar la polio en prácticamente todo el mundo, así
como otras enfermedades fatales como la
viruela, realidad que hace todavía más irracionales estas actuaciones que
obedecen al fundamentalismo religioso más rancio, si bien, no sería de justicia
vincular estos planteamientos únicamente al integrismo musulmán; aquí, en
occidente, tenemos a nuestros propios integristas, consumidores de medicina holística que hacen propaganda de la no
vacunación con consecuencias visibles. Pero este tema será ya producto de una futura entrada en el
blog.
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