No veo el programa Cuarto Milenio de Iker Jiménez, nunca
lo he visto, por lo que mi capacidad de crítica hacia el mismo debería estar
limitada por lo poco que lo conozco. Sin embargo sus contenidos me son familiares;
abarcan todo el espectro de lo oculto, lo paranormal, conspiraciones varias,
etc; lo cual explica el motivo de mi desafección. Creo que las pseudociencias
sirven para mucho, como dice Goldacre para explicar la ciencia por contraste, y
explorar los mecanismos cerebrales de nuestra credulidad. Pero reconozco que me
da una pereza terrible escuchar a los charlatanes, y si tengo tiempo libre lo
empleo en otras cosas.
Esta semana han aparecido en los medios de comunicación dos
informaciones relacionadas con las vacunas, tema en el que estoy especialmente
sensibilizado, lo cual me ha motivado a
escribir esta entrada en el blog.
Responder a esta pregunta de manera directa sería jugar al mismo juego al que han jugado los medios de comunicación en estos días sobre el joven autor de la matanza de Connecticut,del que han especulado sobre su posible síndrome de Asperger. Y digo posible porque hasta donde yo he podido leer no existe ningún diagnóstico, ni ninguna prueba más que el testimonio de personas que decían que era un chico tímido y poco sociable.
Así que, o hay información disponible suficiente mediante la cual profesionales cualificados pudieran establecer, o al menos intuir, un diagnóstico en retrospectiva, o todo lo demás sería confabulaciones carentes de base. Pero puestos a elucubrar, también nosotros lo podríamos hacer para saber si Adam tenía o no Asperger, de una forma más heurística que científica, pero con más criterio del que han mostradado en este caso los medios de comunicación. Bastaría con hacernos e intentar responder algunas preguntas, las mismas que no se hicieron los que publicaron sobre este asunto:
Primero ¿ Qué es el síndrome de Asperger?
Es un trastorno, incluído dentro de de los TGD o TEA, trastornos del espectro autista, que se caracteriza por falta de imaginación e intereses restringuidos, falta de habilidades sociales, y problemas comunicativos, no en aspectos formales sino en la pragmática, el uso social del lenguaje.
